lunes, 2 de febrero de 2009

La limpieza de nuestra piel día a día

Para que nuestro cuerpo tenga una piel bella y suave, aparte de tenerla depilada debemos cuidarla a diario para que esta luzca joven y suave. Lo importante es considerar el tipo de piel para la elección del producto adecuado, para eso nos deberemos asesorar con algún especialista de una clínica estética. Además, hay que tratar de no lavarse demasiado la cara durante el día para no agredirla ni desequilibrar el pH del cutis, dejándola excesivamente grasa.

Para una piel normal a mixta, es preferible un jabón sin mucha concentración de aditivos, y lo ideal es uno que tonifique. Para la piel grasa, es mejor un jabón con substancias más secantes. Y para la piel seca, un jabón más nutritivo y que humecte más.

Sí, en un primer momento, el agua caliente puede parecer cómoda, pero después puede ser un desastre para la piel porque estimula a las glándulas a que produzcan exceso de grasa. La piel se reseca y deshidrata, y busca estabilidad produciendo más grasa.

Si el agua es muy fría, provoca un choque térmico con la piel, que puede causar, en el mediano plazo, modificaciones en su estructura. Lo ideal es usar el agua en la temperatura natural.

Después de lavarte la cara, no la refriegues con una toalla. La fricción fuerte estimula la producción excesiva de grasa. Cuando se retira la humedad de la piel de la cara con una fricción fuerte, la piel entiende que le está faltando hidratación y automáticamente produce grasitud.
Lo recomendable es secarse apenas, tocando ligeramente la cara para que el agua se absorba, y dando toques leves para estimular la circulación.

No hay comentarios: